Si un día decidimos que nuestra idea deje de flotar, dejemos de mirar y comparar, decidimos llevarla a la realidad, en ese momento nos convertiremos en verdaderos creadores de nuestro proyecto.
Dejaríamos de perder el tiempo mirando a los demás, dejaríamos de preguntarnos si tendrá éxito en el mercado, de cuestionarnos si será bueno ponerla a consideración de todos y dejaríamos a un lado los miedos y las dudas que nos inundan y nos estancan dejándonos siempre mirando al otro como protagonista.
Y si decidiéramos ser nosotros los protagonistas y pusiéramos todas nuestras capacidades y toda nuestra energía para diseñar e impulsar nuestro proyecto, estaríamos dándole rienda suelta a nuestra creatividad y a nuestros sueños, que son la base donde se alimentan, crecen y fortalecen todas nuestras ideas.
F.R