La zona de confort es un hermoso lugar es una burbuja que creamos que nos permite vivir con cierta seguridad, sin grandes riesgos, pero paralelamente de muy bajo, casi nulo, crecimiento.
Transformándose, con el pasar del tiempo, en un laberinto de monotonías constantes y por ende la desaparición de creatividad y la generación de nuevas ideas por lo tanto esa zona no es necesariamente el mejor lugar para ser felices.
Seguramente fuera nos encontraremos con la ilusión y motivación que nos vuelva a incentivar a tomar decisiones que nos permitan seguir creciendo humana y profesionalmente.
Tomemos riesgo, el mismo que tomamos al momento de nacer saliendo de nuestra zona de confort para enfrentar la vida.
F.R.